Una anciana sueña que vivió un día.Sus ojos están cansados pero oye el río. Lleva un ramo de azahar en el vestido y sonríe tímidamente a la cámara. Sentada en una roca, mece los pies desnudos rozando el agua.
(Hay un largo camino por delante...El camino se adelgaza más y más. Desaparece tragado por los árboles).
Un joven esbelto y elegante, mira a través del objetivo. Retrata un alma que asciende empujada por el viento.
( Él es el viento, y ese olor de hierba mojada que sale de su piel).
La anciana tiene unos labios frescos como la fruta recién cogida y unas mejillas arreboladas. Se estremece y tiende sus brazos temblorosos al vacío. "¿Eres tú, amor mío?"
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