miércoles, 29 de noviembre de 2023

NOCTURNO

Recostado en su  sillón, un hombre mira con fijeza hacia la ventana que tiene enfrente. La lluvia golpea con furia el cristal  y en la habitación, apenas iluminada por una diminuta lámpara modernista,  suena  la 4ª sinfonía de Sibelius.  Es madrugada. Busca una manada de caballos alados cruzando el cielo y sólo encuentra la negrura  de la noche. No hay batir de alas, ni siente galope alguno, sólo el zumbido de un viento frío venido de otros mundos responde a su insistencia.

 El agua que corre por el cristal simula palabras en movimiento, cambiantes.  Se forman y un segundo después se deshacen para volver a dibujar nuevos  términos en  un alfabeto  desconocido.

(Se oye aullar un perro al otro lado de la ventana) .

 Misteriosos jeroglíficos prendidos de la memoria emergen  en  la mente del hombre,  mensajes encriptados en  números y letras  en una arquitectura de frases imposibles. Un vértigo incontenible se apodera de él. Su cuerpo pierde consistencia.. Como dardos lanzados certeramente, las palabras - que todo lo llenan - taladran su piel, atraviesan su carne, se adhieren a sus órganos internos y  hasta su aliento expele palabras.

( El perro ha dejado de aullar)

La sinfonía de Sibelius sigue sonando y afuera sigue lloviendo. En la habitación, la lámpara modernista alumbra un sillón vacío sobre un suelo de palabras.








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