Nadie imagina lo que hay dentro,
allá, en el fondo, donde las
aguas pierden transparencia y asustan a
los mortales incapaces de disfrutar de la luz que se oculta tras las sombras
movedizas.
¿Quién podría aventurarse en ese
vértigo sin tiempos - cadencias sin fin - donde todo se desdibuja con precisión
matemática, y los ritmos -amortiguados -
fluyen empujados por dios sabe qué corrientes?
¿Qué espíritu,
por osado que sea, puede arriesgarse a quedar atrapado - por siempre jamás - en
una geometría perfecta, implacable
y cruelmente seductora ?
Pero no hay
elección posible cuando las aguas se te meten en la piel y anegan cada célula
del cuerpo, disuelven uno por uno todos tus
órganos y hasta el pensamiento se vuelve de agua.
No hay elección posible cuando en el seno materno ya eres agua, sin previo aviso, sin oráculo que te anticipe que siempre serás agua, y que la tierra es puro espejismo, que te será vedada.
Sin voz que te alerte
" serpentearás confundida entre sus grietas,
hasta que, filtrada por tu destino
vuelvas a tu ser de agua."